¿Qué pasa con las terapias que pretenden “curar” la homosexualidad?

Te damos un panorama general de cómo operan las terapias que dicen “curar” la homosexualidad y por qué no son una opción para nuestros hijos. 

Hace apenas un año, las llamadas “terapias de conversión” o “terapias para curar la homosexualidad” fueron tipificadas como delito en la Ciudad de México. Fue una decisión loable, pero muy demorada. Desde la segunda mitad del siglo pasado, han abundado este tipo de pseudo tratamientos psicológicos de manera clandestina o pública, disfrazándose como terapias de autoayuda.

Detrás de este mercado se exhibe el prejuicio que alimenta un importante sector de la población que considera erróneamente que la homosexualidad es una enfermedad mental. Ese prejuicio es visible incluso en la misma población homosexual. El miedo a no ser aceptados, la idealización de lo heteronormado o “normal”, la idea de la familia convencional, el cuidado de la propia integridad en medio de una sociedad que ejerce violencia contra personas “diferentes” y el respeto al dogma religioso, generaron los primeros clientes para estas terapias.

El Senado del Gobierno de México se suscribió a una petición extendida por la Organización de las Naciones Unidas, y manifestó que “reconoce que las terapias de conversión representan una tortura para la comunidad LGBTIQ+ [siglas de lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti, intersexual y queer], con el único resultado de lastimar a mediano y largo plazo a una persona y sembrar odio, es decir homofobia, estrés postraumático, depresión, ansiedad, desadaptación social, confusión e incluso llevarlo al suicidio”. Esto según el artículo 149 Quáter del Código Penal Federal. 

Los casos de éxito en estas terapias son nulos

Aunque existen pacientes que se someten voluntariamente a procesos de esta índole por la promesa de que existe una fórmula efectiva para transformar sus preferencias, los casos de éxito son nulos. “No existen investigaciones, ni evidencias científicas que demuestren la efectividad de las terapias de conversión”, incluye un punto dentro del citado artículo 149. 

A pesar de que la idea que sostiene a las terapias de conversión consiste en que “algo está mal contigo” cuando tienes una orientación distinta a la heterosexual, la psicología concluye: “La homosexualidad es una variación natural de la sexualidad humana y no se puede considerar como una condición patológica”. En resumen: no es elegible por nadie tanto como no puede considerarse “mala”.

¿En qué consistían las terapias de conversión más comunes?

La Gaceta de la Comisión Permanente del Senado de la República de México hizo un recuento de algunas de las prácticas más comunes de este tipo de pseudo terapias. Aquí mencionamos algunas:

1. Lecturas obligadas de contenido ideológico o religioso,

2. Ingesta de medicamentos, tales como Ludomil y Dogmatil, que son utilizados para tratar desórdenes psicológicos o neurológicos.

3. Terapias de aversión, que consisten en inyectar a la persona grandes cantidades de adrenalina, para que una vez que la medicina provocó un miedo extremo, se le obligue a ver proyecciones de imágenes de contenido homosexual erótico, con el fin de que las rechace.

4. Uso de electroshocks, inyecciones o la ingesta de medicamentos que disminuyan la producción natural de hormonas, para disminuir la libido. Aunque es un método prohibido, se realiza de forma clandestina. Además hay testimonios de que les suministran medicamentos, que son para tratar diferentes tipos de cáncer.

No hay nada que curar, realmente

Hoy en día son muchos los ex pacientes que han hecho público su paso por estas terapias, volviendo su causa la penalización de las mismas. Tal es el caso del activista estadounidense Sam Brinton, quien desde su trayectoria profesional como científico e ingeniero nuclear, cofundó la campaña Born Perfect o Eres perfecto tal cómo eres. Con ella busca que desaparezcan las terapias de conversión motivado por la pérdida de sus amigos, quienes se quitaron la vida mientras transitaban por estas terapias. 

Hay un resultado positivo de todo esto y consiste en el fracaso que representan no solo las terapias de conversión sino las ideologías que discriminan a las personas con preferencias sexuales diferentes. Nuestros hijos se merecen crecer lejos de este tipo de ideas que han dañado la vida de muchas personas en el pasado tanto como merecen expresar libremente su identidad y orientación sexual.

A manera de recuento, te decimos:  No hay nada que curar. Tal es también el nombre de la guía para profesionales de la salud mental en el combate de las terapias de conversión y la discriminación por preferencia sexual. Si te interesa profundizar, dale clic a ese enlace.

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