Pasos para introducir con éxito las matemáticas en la mente de tus hijos

Si las matemáticas forman parte de nuestro día a día, ¿por qué nuestra relación con ellas es tan complicada? Sabemos que son útiles, pero ¿pueden ser divertidas? 

Probablemente a muchos de nosotros nos costó trabajo la asignatura de matemáticas y su sola mención nos producía un sentimiento de miedo, tedio, hartazgo y a veces enojo. Después de haber vivido esa aritmofobia (fobia a las matemáticas), es claro que no queremos lo mismo para nuestros hijos. Con lo anterior como objetivo, tienes que tener en consideración lo siguiente: ¿Cómo te gustaría que tu hija o hijo se relacione con las matemáticas y cómo puedes ayudarles?   

Errores comunes en la enseñanza de las matemáticas  

Desde niños, muchas veces escuchamos a familiares y amigos decir lo complicadas y tediosas que son las matemáticas. «Es común que los padres de familia, desde que sus hijos comienzan su educación, les comenten que las matemáticas son muy difíciles y que son complicadas de entender. Esto es algo gravísimo, pues crea en ellos, desde pequeños, un prejuicio que les genera rechazo hacia la materia», dice David Vega Mena, ex-olímpico, estudiante de Matemáticas Aplicadas en la Facultad de Ciencias de la UNAM y miembro del comité organizador de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas en Morelos desde 2017.

Por si fuera poco, esto se ve reforzado cuando las conocemos en la escuela, pues la enseñanza de esta materia parece solo quedarse en lo abstracto. «El método común para la enseñanza de esta ciencia en la educación básica y media superior se basa principalmente en la repetición de operaciones aritméticas y la resolución de problemas prácticamente calcados. Se enfoca en hacer que los alumnos hagan problemas de manera mecánica olvidándose de lo más importante: el entendimiento y la comprensión de lo que se hace», describe Vega Mena. 

Las matemáticas parecen ser solo un requisito más para pasar de grado. De ahí que los alumnos pierdan total interés en ellas. «Siendo sinceros, ¿a alguien realmente le gusta hacer lo mismo hasta el cansancio? Claramente, dicho aburrimiento genera que la mayoría de alumnos no complete los trabajos que les solicitan en tiempo y forma, trayendo consigo malas calificaciones y reforzando el prejuicio colectivo hacia la materia», nos compartió David. 

¿Cómo incentivar y cultivar el interés por las matemáticas?

Los padres son los principales referentes y, por eso, es fundamental que sean ellos quienes rompan con el prejuicio que tienen los hijos sobre esta asignatura. En este sentido rescatamos, de las reflexiones de Vega Mena, que será muy importante no decirle a los niños que las matemáticas son difíciles y aburridas. En paralelo, habríamos de aclarar su naturaleza; es decir, hacer del conocimiento de los pequeños el hecho de que se basan en el análisis, la creatividad y el entendimiento, y no perder de vista estas tres características.

«La mejor manera de despertar el interés de niños de todas las edades hacia una nueva idea de lo que son las matemáticas es trabajar con problemas, acertijos y desafíos que involucran la interacción con elementos tangibles. Así, los niños pueden pensar cómo resolver el problema en cuestión con la ayuda de elementos que tienen a la mano», dice David. Por ejemplo, pedirles que pongan la mesa: ¿Cuántos servicios se necesitan para tres personas? O jugar a encontrar figuras geométricas en la casa o mientras dan un paseo, en fin, muchísimas son las posibilidades.  

También puedes promover proyectos que impliquen temas de su interés. Aunque esta idea parezca muy abierta, no lo es. Como menciona Malena Martín en su blog Aprendiendo Matemáticas: «No hay ningún tema que no permita abarcar todas las áreas de conocimiento. No existen temas de primera y segunda categoría». 

En esta dirección, hemos sintetizado cinco pasos o consejos para introducir las matemáticas en la vida de tus hijos y que sea cada vez más afortunado su acercamiento:

1. No hacer de las matemáticas algo ajeno

«Es necesario disfrutar las matemáticas en familia. Recordemos que forman parte de nuestras vidas y que no solo están limitadas a la escuela. Incorporar matemáticas a la vida de los infantes es algo sencillo y que se puede realizar con actividades bastantes simples. Por ejemplo, pedir que ellos digan cuánto será el cambio a la hora de pagar o pedirles que den la cantidad de ingredientes necesarios para la preparación de la comida en unidades de volumen o en fracciones de recipientes», dice David.

María Antonia Canals, profesora emérita de la Universidad de Girona, sustenta que las matemáticas deben responder a la resolución de problemas con intereses reales, que se resuelvan manipulando materiales, discutiendo en grupo y practicando el cálculo mental. Dicho de otro modo, hay que motivar situaciones en donde tengan que vivir las matemáticas. Si las matemáticas permean en sus vidas, les será más fácil transferir esos conocimientos a otros lugares, como el aula de clases.

2. Fomentar la creatividad y la exploración

El aprendizaje requiere de la participación activa, envolvernos en aquello que intentamos comprender. Por ende, las actividades que realizan los niños deben ser divertidas. Puede ser a través de juegos, cuentos, canciones… el chiste es abrirles la puerta para que puedan descubrir por sí mismos e ir cultivando la curiosidad.

David nos propone otro camino que también sería interesante considerar y que puede ayudar a que tus hijos pierdan el miedo a las matemáticas. «Sé que en muchos casos dedicar tiempo a estas actividades es complicado, pues muchos padres de familia tienen muchas responsabilidades, pero quiero recalcar que la Olimpiada Mexicana de Matemáticas está abierta a todos los niños, desde tercero de primaria hasta segundo de preparatoria, de manera gratuita. Considero que todos los padres deberían hacer el esfuerzo de acercarlos a esta competencia, no con el objetivo de que todos sean matemáticos, sino con el objetivo de que todos aprendan a entender, analizar y crear».

3. Respetar las formas de aprendizaje de tu hijo

Ahora bien, es fundamental comprender que cada niño es diferente y que sus formas de aprendizaje también lo serán, por eso es importante observar a nuestros hijos y buscar las herramientas adecuadas.

Malena Martín hace énfasis en poner a disposición de los niños una serie de materiales y permitirles elegir usar aquellos que les gusten. Si les gustan los legos, quizá la opción es enseñarles a clasificar, ordenar, contar y medir con ellos. Si, por el contrario, prefieren las lecturas, enseñarles a través de cuentos sobre los temas que queremos que trabajen. El fin es acompañarlos desde el lugar donde ellos se sientan más cómodos y seguros.  

4. No los compares ni los apresures

Las comparaciones están de más. No es necesario decirles, “Juanito ya sabe sumar y tú todavía no”, “Mira lo buena que es Ana, ¿por qué no eres como ella?”. Hay que evitar a toda costa este tipo de comentarios. Si bien la intención puede ser buena, estas situaciones pueden generar desmotivación e incluso que los niños pierdan la confianza que tienen en sí mismos. 

Del mismo modo, no fuerces a tu hijo a acelerar el paso. Si queremos ayudar a nuestros hijos es primordial respetar sus tiempos; todos tienen su propio ritmo y está bien. Siempre que te encuentres en una situación donde apresures a tu hijo a hacer o alcanzar algo, pregúntate ¿por qué razón quiero que mi hijo haga esto?, ¿es para cumplir una expectativa mía o realmente esto puede ayudarle?    

5. Confiar y creer en ellos

Por último, confiar. La confianza es clave en el desarrollo de los niños. Hay que saber reconocer sus capacidades y virtudes y potenciarlas. Si confías en que tu hijo será bueno en algo y le proporcionas las condiciones apropiadas, lo será. Cabe mencionar que también es importante que confíes en tus habilidades como papá o mamá, de esta manera, tu hijo verá esa confianza en ti y se sentirá más seguro de sí mismo. 

Nosotros podemos ayudar a crear una experiencia enriquecedora y agradable para nuestros hijos, si empezamos por creernos que es posible enseñar matemáticas de una forma divertida. Vivir en familia aquello que deseamos enseñar/comprender desde un enfoque creativo posibilitará un mejor entendimiento y relación, no solo con las matemáticas, sino con cualquier área del conocimiento que queramos abordar.

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