¿Cómo presento a mi nueva pareja con mis hijos?

Empezar una relación puede ser muy emocionante. Sin embargo, las mariposas en el estómago y la motivación de nuevas experiencias, no eximen la pregunta acerca de si tus hijos admitirán o no a tu nueva pareja. A continuación te compartimos tres perspectivas para darte una idea de cómo compartir esta parte de tu vida con tu familia.

Presentar una nueva pareja a tus hijas o hijos no tiene recetas: es una situación compleja que depende de muchos factores. Antes que nada, hay muchas personas involucradas (mamá o papá, nueva pareja, hijos y mamá o papá biológicos), cada quien con su propia perspectiva, papel cotidiano y relación con la otra persona, así que puede parecer complicado articular todas estas visiones para llegar a compartir esta experiencia con la gente que más quieres.

Adriana Martínez, licenciada en Letras Hispánicas, profesora de secundaria y madre de tres: La manera de presentar a una nueva pareja depende de la comunicación con los hijos.

Cuando ella comenzó su actual relación, sus hijas eran aún bebés, por lo que les resultó muy natural saber que tienen dos papás: “uno biológico, y otro de corazón, quien había decidido adoptarlas en cuidados y cotidianidad”. No obstante, como su hijo primogénito tenía cuatro años cuando ella empezó esta relación, los recuerdos de su papá biológico en la dinámica del hogar hicieron que al inicio se generara una especie de competencia para él entre estas dos figuras paternas. Gracias a su edad, se pudo hablar directamente con él sobre cuál era la nueva situación.

Con el paso de los años, la familia construyó dinámicas armoniosas, lo cual —según Martínez— dependió de muchas cosas:

Primero, de la comunicación que tiene con su pareja: acordar honesta y abiertamente cuál era el papel que él quería jugar en la familia (en este caso, se decidió que él quería ser una figura paterna para sus hijas e hijos).

Segundo, ser sensibles a la recepción de las hijas e hijos, entender las emociones que esto podría representar y evitar imponer una relación.

Y tercero, establecer que una nueva pareja no implica competencia con su madre o padre biológico. En este sentido, ella comparte que nunca han hablado mal el uno del otro, lo cual ha hecho más fácil que puedan valorar a ambos.

Irma Romo, maestra en Ciencias de la Familia y madre de tres: El amor por las hijas e hijos es incondicional; el amor hacia una nueva pareja no es para sustituirlo, y tampoco puede competir con el papá o mamá biológica.

Lo que las hijas e hijos buscan en sus madres y padres es estabilidad y seguridad. Siempre se debe dejar en claro que, a pesar de que existe una nueva persona en su vida, eso no les va a alejar de ti, mucho menos va a causar que dejes de quererles, por lo que se deben enterar de tu nueva relación por voz propia y no por terceras personas, ya que esto pondría en peligro la confianza que sienten por ti.

Por esto recomienda que se debe dialogar con la nueva pareja sobre qué papel quiere adoptar, pero aún más importante, el tipo de acercamiento que buscan las hijas e hijos: si quieren conocerle, si están de acuerdo en compartir su tiempo, si tienen preocupaciones, etc.

Aquí es cuando procuramos un balance, según Romo, porque como individuos, las madres y padres tienen el derecho a una vida propia y realizarse en metas e intereses, incluyendo, por supuesto, la emoción de empezar una relación. En este aspecto, recalca que debemos mostrar que la nueva pareja representa algo positivo en nuestra vida: un compañero o compañera que te brinda felicidad, plenitud o confianza.

Entonces, hijas e hijos pueden aprender a respetar que sus mamás y papás tienen independencia, así como debemos respetar también la libertad de que potencialmente la familia no quiera conocer o convivir con la nueva pareja: “Es cuestión de equilibrio, de tiempo, atención, pero también de respeto”.

Silvana Calderón, doctora en Psicología y madre de un adolescente y una niña: Manejar estas situaciones con naturalidad y sin drama, para que hijas e hijos comprendan que las idas y regresos, acuerdos y desacuerdos, son normales en las relaciones en pareja.

Lo mejor es tener una comunicación abierta entre todas las personas involucradas. Por ejemplo, que la mamá o papá biológico (en caso de estar presente) comparta la perspectiva sobre estas nuevas dinámicas. Que si se termina una relación se pueda hablar al respecto de manera cómoda o que hijas e hijos tengan la libertad de hacer preguntas, lo cual conlleva la responsabilidad de la madre o padre de responder con honestidad y templanza.

Calderón también considera importante ser conscientes del modo en el que se habla de la figura de la “pareja”. Ella menciona que lo mejor es considerarla como una relación más en la vida humana, en vez de idealizarla o romantizarla, por lo que su presentación se debe de “meter dentro del proceso cotidiano de muchas cosas que hacemos como mamás o papás, pero también como personas”.

En general, la recepción de la familia no depende nada más del mero acto de introducir una nueva persona a sus vidas, sino de todas las construcciones que hay alrededor de una relación familiar, particularmente de cómo nos hemos comunicado con cada quien, por lo que antes de presentar una pareja debemos considerar a fondo los vínculos que hemos formado hasta el momento.

Entonces, no hay una forma de presentarle tu nueva pareja a tus hijos e hijas, más bien es cuestión de reflexionar y tener sensibilidad sobre lo que cada quien espera de esa relación. En lo que las tres entrevistadas coinciden es que la clave es el diálogo, así que no tengas miedo de escuchar, conversar, responder y explicar. Procura no forzar ni imponer, y concéntrate en fortalecer tu relación con tus hijas e hijos, porque de eso dependerá su reacción, no sólo a esta situación, sino a todas. Y también, ¡permítete disfrutar esta nueva etapa en tu vida!

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