5 libros para enganchar a tus hijos adolescentes

Si bien cada lector va construyendo su propio cofre de libros, aquí te compartimos algunos títulos que pueden regalarle a tu hija o hijo adolescente muchas horas de lectura avispada.

No les voy a mentir: la lectura forma una parte fundamental de mi vida, y aunque ahora es un tema al que le soy sumamente parcial, tardó un rato en afianzarse. De pequeño desarrollé (a medias) el hábito de lectura a través de viejos tomos sacados del librero familiar y versiones infantiles de grandes clásicos, pero fue hasta la adolescencia que realmente echó raíz en mí el gusto por leer.

Recuerdo la escena claramente: era el camión que tomaba después de la secundaria de camino a casa, yo estaba sentado casi hasta atrás en un asiento de la ventana y estaba leyendo Marina, de Carlos Ruiz Zafón. No estaba aún cerca del final del libro, pero sí me encontraba en uno de esos momentos clave que son llanamente hipnotizantes. De repente, ya no estaba en el camión, me encontraba en Barcelona siguiendo de cerca a los personajes, escuchando sus conversaciones tras de ellos, dejándome llevar por los aromas de una ciudad que ni conozco.

Quizás fue un tope o un bache en el camino el que me hizo levantar la mirada. La cuestión es que, en cuanto me alejé del libro, me di cuenta que se me había pasado la parada hace varios kilómetros. Parte de mí sintió la angustia de llegar tarde a casa, de las explicaciones. Pero otra parte se alegró también: habría tiempo extra de lectura en el camión de regreso.

La lectura, en primerísimo grado, es una fuente inagotable de goce y nuevas experiencias. Es, también, una alternativa bastante más saludable al entretenimiento que buscamos en Youtube, Netflix, u otras plataformas de streaming. Lograr que tu adolescente lea puede suponer un reto mayor o menor dependiendo de qué tanto haya sido receptivo a la lectura durante su crecimiento pero, incluso en la adolescencia, la lectura le supone incontables beneficios (y varios que a ti también te atañen, por cierto).

El principal beneficio de la lectura en la adolescencia es que expande el vocabulario, nos dicen Peggy Gisler y Marge Eberts. A mayor lenguaje que tu hija o hijo maneje, más grande será su capacidad para expresar sus emociones, lo que en la adolescencia puede suponer un alivio gigantesco tanto para ti como para él o ella.

Además, como bien señala la Biblioteca pública de Nueva Zelanda, la lectura prepara a nuestros adolescentes para los problemas y asuntos con los que tendrán que lidiar en un mundo que cada día se torna más complejo. No solo estarán mejorando su capacidad para concentrarse, sino que generarán capacidades de comprensión que les ayudarán en esta época, particularmente turbulenta, de su vida.

Y qué suerte que haya tantos libros, en especial, tantos que le hablen directamente a esas edades. No mencionaré en la siguiente lista a Marina ya que, tras su lectura, seguí encontrando más y más libros que resonaban conmigo. Y es importante saber eso: estos libros pueden servir como puntos de partida, pero tu hija o tu hijo encontrarán también aquellos que les resuenen, ya que cada uno es un mundo aparte.

5.- Amuleto, de Roberto Bolaño

Si bien Los detectives salvajes volvieron a Roberto Bolaño un escritor de culto, Amuleto, novela hermana de Los detectives, es una lectura imperdible para cualquier adolescente que se sienta parte de la juventud latinoamericana.

No solo es mucho más breve que Los detectives, volviéndola una alternativa increíble para entrar al mundo literario de Bolaño; la novela toma lugar completamente en la UNAM durante la ocupación militar de 1968. Desde su escondite en los baños de la Facultad de Filosofía y Letras, Auxilio Lacourte nos transporta al pasado, al futuro, y al mundo de los sueños perdidos de Latinoamérica.

4.- Nada, de Carmen Laforet

La novela de Laforet, considerada una de las 100 mejores novelas en español, según El mundo, nos remite directamente a la España de la posguerra, en los primeros años del franquismo. Escrita a sus escasos 23 años, la novela sobresale por un manejo espectacular de los momentos de aprendizaje en el camino que recorremos de la adolescencia a la adultez, todo a través de los ojos de Andrea, su protagonista de 18 años.

¿Quién no se ha sentido decepcionado o frustrado al darse cuenta que el mundo es diferente a como nos lo imaginábamos en la infancia? La narrativa de Laforet, que se siente fresca a casi un siglo de su publicación, nos recuerda salir de la norma para poder encontrar aquello que nos mueve a nosotros, sin importar lo que puedan llegar a pensar o a decir de nosotros.       

3.- Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez

¿Quién no disfruta de una buena historia de terror de vez en cuando? Las cosas que perdimos en el fuego, la segunda colección de cuentos de la autora argentina, nos ofrece 12 relatos dentro del género del terror que no solo erizarán los pelos de cualquiera, sino que tienen el don de ser sumamente cautivadores y perfectos para leer en bloques de una hora.

No se trata de historias de fantasmas: “Uno puede pensar una historia de asesinos seriales o una masacre como una historia de terror. El terror no me parece exclusivamente relacionado con lo sobrenatural. Mi relación con lo sobrenatural es puramente estética”, dice la autora en una entrevista con Chilango.

Lo que tienen los cuentos de Enríquez es una habilidad para hacernos sentir algo más allá del miedo. Nos invitan a perdernos en un mundo problemático pero cuyos misterios no podremos dejar sin resolver. Si de enganchar se trata, la prosa de Enríquez se lleva el anzuelo completo.

2.- Persépolis, de Marjane Satrapi

Es un estereotipo un poco anticuado el que dice que leer “cómics” es perder el tiempo, pues muchas personas no los encuentran en el mismo estatus que un libro sin dibujos. Pero el género de novela gráfica es un mundo riquísimo de autoras y autores que, a través de sus dibujos y sus palabras, nos cuentan historias tan conmovedoras como las que encontraríamos en cualquier otro libro.

En el caso de Persépolis, Marjane Satrapi nos vuelve sus acompañantes y confidentes, a medida que nos va contando su vida, desde su infancia en Irán antes y durante la Revolución Islámica, hasta su adolescencia en Austria. Hay tanto momentos hilarantes como desoladores y, a través del recuento de sus bemoles, Satrapi logra contar no solo la historia de un país lleno de conflictos complejos, sino también la historia, universal dentro de su especificidad, de lo que significa crecer.

1.- Poesía completa, de Alejandra Pizarnik

¡No todo tiene que ser prosa! Para muchos lectores, la poesía puede ser algo intimidante, casi siempre bajo el lema de “no entendí”. Sin embargo, no se trata necesariamente de entender, sino de sentir. ¿Y qué mejor libro para sentir que la obra poética de Alejandra Pizarnik?

Considerada tanto por Octavio Paz como por Roberto Bolaño como una voz definitiva dentro del panorama de la poesía latinoamericana, la obra de Pizarnik se caracteriza por su visceralidad. Aunque sus poemas nos ponen en espacios dolorosos, muchas veces estos espacios se vuelven catárticos también, es decir, una forma de expresar el dolor de crecer a través de la misma lectura.

Pero no todo es dolor en Pizarnik: algo que la poeta argentina nos deja claro es que, incluso en la llama más oscura, podemos encontrar infinita belleza. Este simple hecho es fácil de olvidar al crecer, e importante recordarlo. Si tu hija o hijo se sienten atraídos por la poesía, la obra poética de Pizarnik es una lectura tan necesaria como crecer.

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