6 beneficios de la lectura para tus hijos que no necesariamente habías considerado

Si tu hijo (niño o adolescente) no tiene el hábito de la lectura, te decimos por qué es importante trabajar en ello. Y si ya empieza a ser un lector, te contamos cómo eso contribuirá a su futuro. 

Algunas de las creencias sobre la lectura son que sólo se trata de un pasatiempo o una evasión del mundo real. Pero más allá de poder imaginar y viajar mentalmente a otras épocas o lugares del mundo, eso tiene muchos beneficios. 

Hay dos obras sobre el tema de “las propiedades de la lectura” que lo abordan desde lo pedagógico: El lector literario de Pedro C. Cedillo (2016) y La experiencia de la lectura. Estudios sobre literatura y formación de Jorge Larrosa (2003). De ellas extraigo las siguientes ideas para terminar de convencernos del valor educativo y personal del libro, la lectura y la literatura. 

Beneficio 1: Comunicar ideas, emociones y sentimientos

Leer expande el vocabulario y con ello las formas de cómo transmitimos verbalmente lo que pensamos y sentimos. Mejor aún, nos hace reconocer y nombrar lo que pasa en nuestro interior cuando leemos una historia. ¿Por qué? La lectura se conforma de palabras y reflexiones (o construcciones de pensamiento) que nos ayudan a colocarnos ante nosotros mismos, ante los otros y ante el mundo en el que vivimos.

Son las palabras las que nos dan expresión y fuerza en nuestra conciencia y en las relaciones sociales. Nos hace capaces de explicarnos.

Beneficio 2: Empatizar con los sentimientos y la vida de otras personas

Al leer interactuamos con las situaciones y emociones de la narración y sus personajes. Estamos en un proceso de compresión de diversas formas de vida de las personas y es posible llegar a empatizar con ellas; podemos interpretar situaciones tan ajenas y complejas como lo son el drama de una infancia pobre y marginada o el sufrimiento de los niños huérfanos. 

Hay obras que nos ponen en contacto con historias que de otra forma no conoceríamos y que a la vez nos dan conciencia de las diferencias de condición de raza, cultura, lengua o ideología.  

Beneficio 3: Guía de vida y muerte 

Las más grandes historias literarias han ayudado a dar sentido a lo que somos y a lo que nos pasa. A la literatura, nada humano le es ajeno. La literatura es la vida, por tanto es el conocimiento de sus ingredientes, como el amor, la alegría, la tristeza, la amistad, la muerte, etcétera. El sentido de la vida, aunque parezca una expresión muy ambigua, se encuentra en los libros. En ocasiones, la lectura en turno es instructiva y compañía, soporte o evasión de lo que estamos pasando. 

Beneficio 4: Construcción de su personalidad

La lectura tiene un papel importante en la configuración de la personalidad, el carácter y la sensibilidad del lector. Digamos que nuestra “biblioteca mental” nos otorga un modo de cómo conducirnos por el mundo y un estilo al hacerlo. Es decir, las lecturas que haga tu hijo en su infancia y adolescencia lo seguirán por el resto de su formación. 

También, según las lecturas y la forma en la que las comprendemos, pueden llevarnos a conseguir la excelencia en todos los ámbitos de la vida: en el intelectual, en el moral, en el político y en el estético, entre otros. 

Beneficio 5: Creación de conocimiento crítico

Sí, leer te hace más inteligente. No todo es el conocimiento formal y objetivo, también es importante que podamos hacer reflexiones críticas, opiniones y enjuiciamientos. Leer es construir un pensamiento propio a contracorriente del contenido de las redes sociales y los medios de comunicación.

Beneficio 6: La lectura educa

Es importante mencionar que, en la primera etapa de la vida de tu hijo, hay que pensar la lectura como una experiencia de formación y transformación. Partamos del entendido de que la lectura educa, pues  “leer no es sólo el acto de descifrar unos códigos escritos; leer es más, es comprender, interpretar, enjuiciar, evocar, asociar, deducir, analizar”, como describe C. Cedillo.

Los padres de familia tienen la responsabilidad de actuar como intermediarios entre el libro y la lectura de sus niños. Hay que invitar a la lectura a los hijos, ya sea con el ejemplo o por medio de estrategias de persuasión; alentar el aprendizaje literario y hacer de la relación niños-lectura algo positivo y natural. 

Se recomienda delegar la responsabilidad de la enseñanza de la lectura y la escritura a la escuela, pero que las experiencias literarias sean a través de la voz mediadora de papá y mamá. 

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