4 claves urgentes para que hables de consentimiento con tu hijo adolescente

Si tu hijo está a punto de atravesar por el pasillo de su independencia, es necesario que te asegures de que el consentimiento forma parte de sus herramientas. Ayúdale a identificarlo y a manifestarlo. Mientras, repasaremos algunos estereotipos que complican esta tarea. 

Pregúntate cuándo fue la última vez que le hiciste saber a tu hijo que debía respetar tus decisiones o deseos. Puede ser algo como que no le permitiste que usara tus cosas o que te tomaste un descanso súbito de fin de semana en el que no querías que te consultara sobre tareas domésticas o algo similar.

Esto para recordarte de que aprender a respetar las decisiones de los demás también es un ejercicio diario y ambos deben ponerlo en práctica desde sus respectivas posiciones padres-hijo. 

Si bien en esta ocasión vamos a enfocarnos en el territorio del consentimiento sexual en la adolescencia y específicamente en los varones, es importante que reconozcamos la amplitud del tema. Las bases del consentimiento se van construyendo desde la niñez. Esto se fortalece a través del respeto que como padres le damos tanto a nuestras propias decisiones y deseos, como a los de nuestros hijos.  

En el terreno de la adolescencia, el desarrollo de la identidad tendría que jugar a favor de este tema, pero lo que pasa a menudo es que consolidarnos se complejiza por los estereotipos que la sociedad quiere que adoptemos. 

Antes de comenzar, te contamos que este artículo está dividido en dos porque el tema del consentimiento tiende a ser confuso desde la manera que se espera que las mujeres y los hombres se manifiesten y actúen. Por ello, buscaremos problematizar el papel que juegan los roles de género en consentir, desear y decidir, mientras enlistamos herramientas esenciales que tu hijo podrá emplear a la hora de relacionarse con otras personas. 

Como citan y analizan Katherina Ciaffoni y Jerónimo Maina, ambos licenciados en Comunicación social, en su investigación Tu palabra y la mía: “Las ideas de masculinidad predominante y los roles que se le asignan al varón dentro de la pareja están relacionados con una masculinidad vinculada al ejercicio del dominio, del control y de micro-imposiciones al interior de las parejas. Las relaciones consentidas e igualitarias, donde el respeto es lo primero antes de efectuar cualquier tipo de acto sexual, chocan con estos esquemas y pueden hacer sentir a los participantes que no están siendo «verdaderos hombres» o «lo suficientemente femeninas».”

Para empezar esta conversación puedes compartir con tu hijo alguna vez que tú, como mujer u hombre, en el campo laboral o de la familia, por ejemplo, sentiste que asumieron o impusieron algo sobre tu opinión sólo por tu género. Quizá tuvo que ver con que querías dejarte el pelo largo y no pudiste porque “no es de hombres” o no querías ir en uniforme de falda a la escuela pero tenías que hacerlo por “ser mujer”.

Una breve introducción como esta servirá para que juntos hagan visible que hay una toda una serie de ideas culturales alrededor de lo que entendemos como “masculino” y “femenino” que es necesario revisar. Cuando estas ideas son llevadas a las relaciones sexoafectivas, contribuyen a malos entendidos acerca del consentimiento.

Consentir y recibir consentimiento es estar verdaderamente en comunicación con uno mismo y con las personas alrededor. Aquí no hay espacio para asumir ni para interpretar. Tu hijo adolescente está pasando por muchos cambios a la vez —el desarrollo hormonal, la construcción de identidad y la consolidación de su capacidad de tomar decisiones propias—. Por eso es importante que lo lleves de la mano por el tema del consentimiento.

Kit de herramientas para varones sobre el consentimiento

El “no” también es masculino

Una de las ideas que ha privilegiado la sociedad es la que dibuja a los hombres como siempre dispuestos a tener relaciones sexuales. Comunícale a tu hijo que él está en la posibilidad de decir que no. Es muy útil hablar acerca de que nadie es menos hombre por decir que no quiere sexo.

Hablar de los mitos alrededor de la masculinidad, refuerza su entendimiento para que en un momento crucial, no haga algo que no quiere tan sólo por la presión social. Esto es de vital importancia, pues así volvemos a reducir el fenómeno del consentimiento a dos personas, dejando fuera a la sociedad.

Insiste en el hecho de que el consentimiento parte de comunicar exactamente qué quiere y cuándo, y que el hecho de que conozca sus deseos y sea capaz de manifestarlos respetuosamente, lo convierte en una persona verdaderamente cool. 

No todos hablan el mismo lenguaje

Debido a que el espacio de las mujeres ha sido reducido históricamente, la manera en la que ha sido aceptada su expresión, también. Como escriben en la revista Raisin Teens Today, como no todas o todos están cómodas siendo directas ni manifestando el “no”, será oportuno que le enseñes a tu hijo a verificar todo el tiempo mientras se relaciona sexoafectivamente con alguien. Con esto queremos decir que en terrenos de compartir sexual o físicamente, es muy necesario que los varones sean conscientes de que no todas ni todos hablan el mismo lenguaje ni tienen la misma posibilidad de manifestar sus deseos. 

En el artículo Los adolescentes y el consentimiento sexual, enlistan algunas frases útiles para comprobar si hay consentimiento mutuo en un acto sexual. Las ponemos aquí abajo sólo como ejemplos de negativas que deben de ser respetadas. Al final se trata de siempre debe de estar 100% seguro de que todo lo que pase entre dos personas es voluntario:

  • “No estoy segura sobre esto”
  • “No creo que deberíamos hacer esto”
  • “No estoy segura de estar lista para esto”
  • “Este no es el mejor momento”

El “no” puede no ser verbal

En adición al punto anterior, otra cosa que debe ser comentada entre tú y tu hijo es que el “no” puede manifestarse fuera del lenguaje. Dile que siempre esté al tanto de cómo se manifiesta la otra persona corporalmente. Puede que parezca que alguien comparte voluntariamente, pero su cuerpo está tenso, parece no disfrutar de su interacción o en general su lenguaje corporal dice resistencia. Qué mejor que comprobar que sólo es una interpretación y que se puede seguir adelante o que la persona en cuestión realmente no quiere relacionarse de esa manera.

Las preguntas que puedes sugerirle para estar seguro de que hay consentimiento, son:

  • ¿Quieres que hagamos esto?
  • ¿Esto te hace sentir incómoda/o?
  • ¿Estás bien con que vayamos más allá? 

Ni la manera en la que viste, ni el coqueteo quieren decir sexo

Volvemos a decir que en el terreno del consentimiento, no hay espacio ni para asumir ni para interpretar. Comenta con tu hijo cómo el coqueteo no lleva directamente a un espacio sexual intímo. Comenta con tu hijo que aún habiendo besos y caricias, eso no lleva directamente a tener relaciones sexuales.

Bajo la influencia del alcohol o las drogas no hay consentimiento

Vale la pena que involucren en el tema un contexto como una fiesta en donde se consume alcohol. Aunque todos somos responsables de nuestros actos aún estando en alguna sustancia, el juicio o la decisión pueden estar nublados. Recomiéndale que, si está en un contexto así, procure dejar este tipo de interacción —en donde se requiere consentimiento claro—, para otro momento. 

El punto es que incluso en el consentimiento de compartir sexoafectivamente, haya siempre espacio para la consulta entre dos personas de cómo están y qué quieren. En la consideración de ello, tu hijo va a poder asegurarse de que está respetando los deseos de la otra persona en todo momento, así como los suyos. 

A manera de conclusión, queremos citar una frase de Yolinliztli Pérez, socióloga de la UNAM, que funciona como una proposición, a la vez: “Frente a la posibilidad de un encuentro sexual, específica la propuesta, «sí significa sí». Los silencios, resistencias o indecisiones significan en todo momento una negativa. «Afirmativo» significa explícito, positivo, consciente y voluntario.”

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