¿Cómo preparar a tu hijo adolescente para la presión social?

Saber decir lo que piensas o contestar un “no” como respuesta, implica trabajo de consciencia, identidad, respeto, empatía y confianza. Hablemos de cómo puedes contribuir a que tu hija o hijo no sean afectados por la presión social. 

Tú sabes bien lo que se siente cuando escoges mal o traicionas tu propia opinión por conceder la de los demás. Es por esto que quisieras que tu hija o hijo estuvieran listos para ejercer su criterio.

Cuando hablamos de presión social en la adolescencia, nos referimos a aquellos momentos en los que los jóvenes deciden hacer algo que si no fuera por la gente a su alrededor, no harían. Parafraseando lo que escribe María Alicia Zavala Berbena et al. para el Departamento de Psicología Aplicada: la inteligencia emocional debe estar afianzada en la adolescencia pues es cuando abandonamos el acatamiento pasivo de las normas sociales, para complejizar las normas propias.

La voluntad y la confianza no son cualidades que se construyen de un día a otro, pero realmente son sencillas las acciones que podemos hacer para reforzar la toma de decisiones de los adolescentes. Que los jóvenes desarrollen su inteligencia emocional, será el mejor remedio contra la presión social. Es decir que en este momento de la vida, idealmente, los jóvenes deberían tener experiencia acerca de defender sus opiniones y tomar elecciones.

Suena a una contradicción porque a la vez que tenemos que enseñarles a respetar y escuchar lo que les dicen los adultos, debemos promover su toma de decisión. Parecería muy incongruente, pero confía en que un aprendizaje se vuelve la base del otro. 

Que un adolescente ejercite su inteligencia emocional es la diferencia necesaria para garantizar su bienestar personal, sea que estés o no con él. Por eso es que hacer un esfuerzo por comunicarles puntos como los que proponemos más adelante, puede resultar la mejor inversión familiar, tanto a corto como a largo plazo.

¿Cómo podemos ayudarles a construir herramientas para su toma de decisiones y que sigan respetando las nuestras en el proceso? 

Incita su autoestima

El mejor refuerzo de autoestima es nuestro propio reconocimiento. En este sentido, puedes motivar al adolescente a hacer cosas nuevas que le permitan auto celebrarse. Quizá se trate de proponerle hacer algo muy difícil que siempre ha querido hacer y a la hora de que lo intente, ambos podrán reconocer el valor de que lo haya hecho. En el mismo sentido, esfuérzate por presentarte con mucha seguridad cuando compartas con ella o con él. 

Sostén el NO

Decir “no” es la respuesta más contundente que existe y aún así es difícil de hacer y por otro lado, de entender. Alguien que dice no, tiene la convicción y la confianza suficiente para sostenerse frente a los otros. Y como este ejercicio es difícil, puedes proponerle que empiece a decir “no” en los campos más sencillos de su vida, como en correos que quieren venderle algo, amigos lejanos que le piden cosas prestadas, por ejemplo. La revista Raising teens today nos aconseja algunas maneras en los que los adolescentes pueden decir que no:

  • “Gracias, pero paso.”
  • “No, no me interesa.”
  • “La verdad es que no lo necesito para divertirme.”
  • “Gracias, pero no es para nada lo mío.”
  • “La respuesta es no y no tengo que darte explicaciones”.
  • “Perdón por darte una impresión diferente pero no quiero”.

Usa el humor 

Entre amigos, puede haber alguno que es tan insistente como convincente, por lo que habrá casos en los que el adolescente requiera de muchas más herramientas. Más que una actitud de pelea, el humor es lo mejor que puedes enseñarles. Ser de sangre ligera, liberará la tensión del adolescente mientras lo hará ver bien frente a sus amigos, sin que pierda el punto que quiere defender o sostener.

Razones propias

Aunque nadie tiene que dar una justificación al hecho de que no quiera hacer algo, una razón propia puede ser muy importante a la hora que escogen insistir. Se trata de manifestar la congruencia que sostienes en ciertos temas, para que el adolescente sea capaz de hacer lo mismo (o simularlo). Ayúdale formulando respuestas como: “no puedo, porque (…)”. Lo más contundente y práctico, hará que los otros adolescentes paren de insistir.  En adhesión, aquí también puedes optar por introducir un poco de humor: el argumento tiene que ser contundente aunque no sea verdadero ni lógico. Por ejemplo: “no puedo quedarme más tiempo porque tengo que darle de comer a mi piedra”. 

Compra un poco de tiempo

Enséñales que darse valor a sí mismos es tomarse el tiempo de pensar una respuesta. Igualmente, enséñales que esto puede ser una excusa para postergar el “no”. Responder a una propuesta con: “voy a pensarlo”, hace toda la magia para evitar la presión social. 

Es muy viable que en algún momento, la presión social se salga de las manos del adolescente, por lo que prever esta situación es construir una salida entre tú y ella/él. Esto significa que les hables sobre que no tienen que tolerar nada que no quieran, hasta que sea entendido. Es decir, que saber despedirse en el momento en el que se sienten incómodos esté verdaderamente afianzados, así como la certeza de que vas a auxiliarles en el momento en el que lo necesiten. Queremos concluir con un punto muy importante a recordarles en caso de que se sientan mal por sostener su opinión frente a los demás, y esto es que los verdaderos amigos son los que saben entender su decisión.

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