Si tienes la sospecha de que tu hija o hijo te oculta que consume estupefacientes, debes saber que prevenir una adicción comienza por no hacerte de la vista gorda.
Verbalizar el título anterior ya supone uno de los miedos más latentes para los padres. Si te estás haciendo esta pregunta, probablemente haya raíces detrás. Existen varias tendencias que podemos observar en los adolescentes como indicadores previos a un problema de sustancias.
No es para sentirse culpable: la adolescencia es esta etapa vulnerable que puede echar al ruedo hasta a un niño muy bien educado. Lo necesario es no hacernos de la vista gorda en cuanto cabe la sospecha de que tu hija o hijo oculta algo así, para poder prevenir una adicción.
“La relación adolescencia–drogas es bidireccional” dice José P. Espada —junto con otros colaboradores— en el texto Adolescencia: Consumo de alcohol y otras drogas. Muchos factores durante este periodo favorecen el consumo de sustancias.
Por una parte, beber, fumar o drogarse, a la vista de los adolescentes, favorece su tránsito por esta etapa difícil. Por el lado negativo, el consumo abusivo de drogas de cualquier tipo pone en declive su desarrollo biológico, su madurez psíquica y emocional (entre tantas cosas), desde el momento en el que se crea el hábito.
Según el estudio El consumo de drogas en estudiantes de México: tendencias y magnitud del problema, que coordinó Ma. Elena Medina Mora con otros autores, la edad promedio en la que los jóvenes mexicanos empiezan a consumir alcohol y drogas, es de doce años y trece años, respectivamente.
Como consejo general, lo mejor será anticiparnos a este momento de sus vidas en el que tantas puertas pueden ser abiertas, y construir una sólida confianza entre ellos y nosotros. Construir un lugar en donde serán recibidas sus preguntas e inquietudes, para fungir incluso como “guía” de sus experiencias.
Usualmente los padres sostienen una postura muy rígida en relación a las drogas por el temor a que cualquier permisión haga que las cosas se salgan de control. Como reacción a lo anterior, un adolescente que está interesado en probar/consumir, será el mejor escapista y agente secreto para mantenerlo lejos del conocimiento de sus padres.
Qué mejor que seas tú como madre o padre, quien se entere que está considerando probar alguna sustancia o que la ha probado y no sabe cómo tratar con ello. Lo sabemos: esto puede ser muy confrontativo en un primer momento, pero asegura el menor de los riesgos al atender algo normal como la curiosidad, antes que la obsesión por subsanar una carencia (como en algunos casos puede definirse la drogadicción).
Ahora bien, aquí puntualizamos algunos de los motivos más alarmantes que pueden fundar un consumo constante en los jóvenes, y algunas de las soluciones más viables según especialistas (no sin antes recomendarte que busques uno directamente).
Motivos y prevenciones
• Sus amigos consumen y sus padres también
Todos estamos rodeados de personas que consumen distintos tipos de sustancias, pero los adolescentes son más susceptibles a empezar un consumo basados en sus relaciones, según detalla un artículo de la revista Drugfree (Libre de drogas). De aquí que por creer que se trata de una actividad interesante siendo ellos menores de edad, sientan curiosidad; también puede suceder que sus amigos estén presionandolos para fumar o beber y que ellos a la vez, quieran pertenecer.
Cómo prevenirlo: Busca empezar conversaciones acerca del uso de drogas. Recalca que consumirlas antes de que una persona termine su desarrollo, trae verdaderas repercusiones en el cerebro. Además, puede provocar accidentes viales o multas, por ejemplo. También procura hablar de tu consumo como adulto, a la vez de hacerlo responsablemente, sobre todo si tus hijos son espectadores. Es decir, sienta buenos ejemplos, disfruta a conciencia lo que bebes en una reunión familiar. Evita, como padre, beber por beber o regresar manejando a casa aunque hayas tomado pocas copas. Todo eso es mostrarles una conducta que ellos puedan adoptar.
• Tienen baja autoestima
Aquí se pone más difícil el tema, pues aunque no necesariamente sea así para todos, las drogas tienen la reputación de ayudarnos a perder inhibiciones y olvidar nuestros problemas, según escribe la revista Parentology. Si una sustancia facilita el trabajo personal de los adolescentes, será difícil que no tiendan a consumirla con regularidad.
Cómo prevenirlo: Refuerza su amor propio a través de hacerle notar que ellos en sí mismos son suficientes. Ayuda mucho desmitificar los fenómenos populares o de moda que presionan la identidad o apariencia de los jóvenes. Es decir, háblales de cómo te sentías cuando tenías su edad y que no se acaba el mundo por la opinión de los demás. También puedes incentivarlos para empezar una terapia, tal como te contamos en ¿Cuándo sí y cuándo no es necesario llevar a mis hijos a terapia?
• Están deprimidos
Cuando los adolescentes empiezan a familiarizarse con las drogas, pueden encontrar aquellas que son estimulantes para su estado de ánimo. El problema puede ser incluso clínico. Si su cerebro no está generando los químicos necesarios para tener una estabilidad emocional, ellos encontrarán en las drogas una recompensa aunque sea fugaz. Como mencionamos, la adolescencia es una etapa complicada por el desarrollo psíquico y hormonal. Más de un motivo puede favorecer una depresión o periodos de tristeza en los jóvenes.
Cómo prevenirlo: Contribuye a que tu hijo afronte y experimente sus emociones. Así como dejas que te vea feliz, permite que te vea triste y capaz de hablar del tema. Una herramienta muy poderosa para los padres es la atención que los jóvenes les prestan aunque parezca que no es así, por ello, trata de compartirles inteligencia emocional para que no recurran a vías artificiales como el alcohol o las sustancias para evadirse.
• Tiene predisposición genética
Según el texto 10 reasons your teen may be using drugs (“Diez motivos por los que tu hijo adolescente puede estar consumiendo drogas”), los estudios han confirmado que hay componentes genéticos que pueden arrojarlos a la adicción. Si atendemos el consumo desde la adolescencia, este problema es muy previsible, por lo que cabe revisar las tendencias del árbol familiar de tus hijos.
Cómo prevenirlo: Habla abiertamente con ello sobre las tendencias que existen en la familia y las repercusiones que puede traer una adicción. Hazles saber que se trata de una enfermedad incluso mortal, para que comprendan la necesidad de tratar las sustancias con consciencia y cuidado. Cuéntale de esas experiencias cercanas en las que la historia no ha terminado nada bien y ofréceles tu ayuda incondicionalmente.
Para concluir, queremos destacar una consideración que la mayoría de las investigaciones que consultamos, ponen a encabezar la lista: “Se ha encontrado que una crianza con presencia de afecto, apoyo y monitoreo se relaciona con una menor probabilidad de consumir sustancias en la vida y también con un menor consumo reciente por parte de los hijos”. Estas son palabras textuales mencionadas en el estudio: Percepción de crianza parental y el inicio del consumo de drogas en adolescentes mexicanos, realizado por especialistas de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Aquí te adjuntamos una liga al libro de la Asociación de padres para frenar la drogadicción, sobre cómo intervenir cuando el consumo de tu hijo adolescente avanza un poco más.