¿Cómo es el enfoque Reggio Emilia? Conócelo con estos 5 puntos

Dentro de los métodos alternativos, encontramos el enfoque Reggio Emilia. Si bien no es tan popular como otros, es altamente recomendado entre los pedagogos. Aquí te contamos en qué consiste y por qué no hemos escuchado tanto sobre él. 

El contexto político de Italia durante la Segunda Guerra Mundial, dejó como herencia una pregunta frenética sobre cómo debería de ser la educación. Por eso encontramos tantos pensadores italianos que se especializaron en pedagogía como María Montessori y Loris Malaguzzi. Este último fundó el enfoque Reggio Emilia en un pueblo al norte de este país que le otorga su nombre en 1945.

Podemos entender que los jóvenes que vivieron en este contexto bélico deseaban algo diferente para las siguientes generaciones, como cita María Batlle en un artículo para Forbes: “Los padres no querían escuelas ordinarias. Querían escuelas en las cuales los niños obtendrían habilidades de colaboración y pensamiento crítico para reconstruir y asegurar una sociedad democrática”.

La necesidad principal que busca complejizar el enfoque, es que las infancias sean tratadas desde sus diferencias y procesos individuales, no desde los rasgos que encasillan a las niñas y niños como etapas. Este enfoque descree que los niños actúen de cierta manera a cierta edad, mientras privilegia la observación de cada uno de ellos en su atmósfera particular.

De hecho, sólo por cuestiones prácticas es que podríamos referirnos al Reggio Emilia como un “método”. En realidad, es una manera de mirar el mundo que no está formulada con contenidos restrictivos ni subsecuentes. El enfoque Reggio Emilia exige del docente la capacidad de abrir la mirada para entender de cada niño su manera de conocer, mientras le da herramientas para valorar lo cotidiano y fomenta pedagogías a partir de la escucha y las relaciones.

Todo lo anterior es debido a que Malaguzzi entendió que las infancias son un mundo enorme que se desarrolla y posibilita a partir de “cien lenguajes” que les son dados. En un artículo de Momadvisor sobre este enfoque, puntualizan algunos de los cien lenguajes, las cien formas de pensar: “Estos lenguajes incluyen la innovación, la construcción, la fantasía, el arte, la música, la danza, la escritura, el habla, el canto, la ciencia y el cuerpo, así como los elementos del alma.” Esos lenguajes se utilizan para ayudar a los niños a construir y comprender el mundo que les rodea.

La pedagogía reggiana se basa, además, en la incertidumbre y la sorpresa al atender el día a día de las niñas y los niños, por lo que sería imposible programar sus respuestas y reacciones, mientras sí acompañarlas con mediación. En México, existe la RedSolare, una asociación reguladora de las escuelas que adoptan este método, con el fin de apoyarles y monitorearles para que implementen su filosofía como realmente es. Esto es de vital importancia pues los métodos alternativos muchas veces no tienen las regulaciones necesarias para garantizar su aplicación, cuestión que la Fundación Reggio Emilia ha previsto.

La literatura de esta pedagogía incluye algunos pilares vitales para su tratamiento, como son: la participación de la familia, el taller y el atelierista, la documentación, el equipo de pedagogos y el trabajo basado en proyectos. Las características siguientes nos servirán para que te des una idea más clara de cómo se entrelazan los pilares para conseguir una educación con enfoque Reggio Emilia:

Aprendizaje multisensorial

Se proponen espacios de taller que ofrecen a los niños distintos materiales para incentivar sus lenguajes expresivos. El trabajo con las manos es una prioridad con la intención de activar la mente y las emociones de cada uno de ellos para que comparta en grupo.

Proyectos continuos

Se dirige a la niña o el niño a que explore diversos temas a través de proyectos de investigación a corto y largo plazo. Estos proyectos no tienen por objetivo las conclusiones sino el proceso, pudiendo llegar a fin hasta después de tres años de constante trabajo. Esto fomenta que los niños expresen su entendimiento a través de diferentes lenguajes y por lo tanto, medios.

Los niños, los protagonistas

Para el enfoque Reggio Emilia, como suscribe Alicia de Prado en el texto Reggio Emilia: Un lugar para todos, la curiosidad de los niños es la base del conocimiento por lo que ellos se vuelven protagonistas de su educación. Se respeta y guía el significado que ellos le dan a las cosas a través de la exploración y descubrimiento. Que ellos cuestionen su realidad y la pongan a prueba es una de las constantes que busca generar el docente. 

Las relaciones son clave

El conocimiento se construye en conjunto con sus compañeros y adultos guías. Es por esto que las relaciones interpersonales son un elemento tan valioso para el enfoque. Como menciona Alicia de Prado Vallejo en su tesis para grado de Maestra en Educación Infantil, sobre la participación de la familia: 

“Se lleva a cabo a través de diferentes recursos, como las visitas a la escuela, las reuniones entre el profesorado y la familia, la colaboración en los proyectos. La familia tiene que estar incluida en la escuela, debe formar parte de ella, deben ser herramientas de la escuela dentro de la ciudad, partícipes de un proyecto comunitario cuyo objetivo es la construcción de ciudadanía, y esta se construye en relación con toda la comunidad.”

El maestro, promotor de las capacidades del niño

Ella o él tiene un papel de colaborador, investigador y guía del infante, que en vez de impartir una lección, propone actividades y proyectos que parten de los intereses de los niños. A través de ello puede documentar su recorrido y contribuir a que los chicos interpreten sus sentimientos y los guía hacia una solución positiva

La escuela es el tercer maestro

Primero los niños, después los docentes y la familia y luego la propia escuela, en orden de motores de aprendizaje. La escuela es vista como un organismo vivo en donde se da la transferencia de conocimiento. Por ello, el lugar debe ser agradable, estético e interesante. Las aulas están diseñadas como una invitación al aprendizaje y la experimentación, y esto involucra tanto las aulas como los pasillos y todos los elementos de la escuela para la expansión. 

A diferencia de otros métodos educativos, podemos encontrar un aparato que apoya a las escuelas que desarrollan este enfoque cuando no una capacitación formal para ser impartida. Esto debido a que el enfoque reggiano sostiene que hay que adaptar el estilo a las necesidades específicas de su comunidad. Entendemos entonces, que su popularidad es limitada por no ofrecer una especialidad para los pedagogos interesados en aprenderlo. El motivo: ser congruentes con la visión de Loris Malaguzzi. 

Con esto queremos concluir que no hay dos escuelas Reggio Emilia iguales, mientras sí un abanico de posibilidades que representan su particular contexto. La palabra que para nosotros define bien este enfoque educativo es el “anticonformismo” que permite a los docentes y padres afines a su filosofía, estar siempre en expansión de mano de sus hijos. 

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