Secretos para equilibrar el lonche que das a tus hijos

Aunque estén tomando clases en casa por la pandemia, debe de tenerse preparado este sano alimento para que tus niños lo consuman. ¡Están en crecimiento!

Equilibrar la alimentación de nuestros hijos e hijas, puede parecer una tarea complicada pero te tengo una buena noticia: en realidad es más sencillo y divertido de lo que parece. Karla Torres, mamá y nutrióloga con especialización en nutriología perinatal y pediátrica, nos comparte las claves para lograrlo. 

Una mesa, una familia, la comida lista y una vocecita replicando: ¡No quiero vegetales! Una escena común que seguramente nadie buscaría presenciar, ni como adulto, ni como niño. La idea de una dieta balanceada no debe significar desacuerdos, aburrimiento y discusión, por el contrario, puede ser un momento divertido, cariñoso, consciente y es el lonche donde podemos comenzar a practicar.

¿Qué es el lonche?

Un lonche es un refrigerio importante en el desarrollo infantil para mantenerse sin hambre y con energía a lo largo del día. El tiempo ideal para su consumo es entre el desayuno y la comida. Este snack para nada debe sustituir esas ingestas, sino que es un complemento nutritivo y no debe incluirse comida chatarra. Y sí, incluso aunque estén tomando clases en casa por la pandemia, debe de tenerse preparado este alimento para que los niños lo consuman.

Los ingredientes que no deben de faltar

Las características que debe cumplir el lonche para ser nutritivo deben responder a la edad y actividad física del niño. En general, este alimento debe tener sí o sí los siguientes ingredientes:

  • Verduras y frutas de temporada. Confía en la naturaleza, ella siempre nos brinda los requerimientos nutricionales según las estaciones
  • Cereales integrales, maíz, avena, amaranto, arroz, centeno
  •  Proteína animal como queso, pescado y en menor cantidad pollo; de preferencia, evita las carnes rojas
  •  Grasa vegetal, una buena opción es la crema de maní sin azúcar y nueces 
  • Líquidos, lo ideal es elegir aquellos que no sean bebidas azucaradas ni con sabores artificiales. Una buena opción es el agua de frutas sin azúcar como transición hasta el agua natural. 

La presentación debe ser atractiva, que tenga diferentes texturas, sabores y colores para que nuestros niños lo acepten con facilidad. Que sea variado, elegir diferentes ingredientes para evitar el aburrimiento y, por último, sencillo de preparar para los papás y sencillo de comer para los niños. Los alimentos más nutritivos son los que se preparan en casa, hay que evitar alimentos empaquetados y procesados. Además, deben adaptarse a la economía familiar, esto propiciará que sea constante y mantenible. 

¿Hay manera de enseñar a comer adecuadamente a nuestros hijos?

El ejemplo es la clave. Si los niños ven a los papás comer alimentos saludables y notar que los disfrutan, que es fácil prepararlos, aprenderán que estos alimentos son la mejor opción. 

Desde la elección y compra de los ingredientes, hasta el consumo, debe procurarse que este proceso sea ameno, relajado y divertido. Esto hará que nuestras hijas e hijos lo asocien con una actividad placentera que poco a poco podemos complementar con la explicación de cómo este hábito es benéfico para el cuerpo. Cuanto más pronto fomentemos el consumo de alimentos sanos, será más fácil que el niño los acepte. De vez en cuando podemos dar un alimento chatarra y con azúcar… pero con mucha moderación. 

De la vista nace el amor. Ofrecer alimentos coloridos y en diferentes presentaciones, facilitará las cosas y eventualmente dejarán de pedirlos así, pero estarán familiarizados con su consumo. El ejemplo sin duda concierne a toda la famila, adoptar una alimentación inteligente sólo traerá efectos positivos.

Promover los lonches saludables en tiempos de pandemia hoy más que nunca cobra importancia. Mejor que cualquier vacuna, la estrategia más efectiva será el refuerzo natural del sistema inmune. A pesar de los cambios de hábitos de nuestros niños y niñas, los ingredientes deben seguir siendo los que antes mencionamos. Si la actividad física se ha reducido a medida que permanecemos más tiempo en casa, reducir las proporciones es el secreto para evitar el sobrepeso.

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