Mejora la conducta de tus hijos con cinco cambios de hábito… tuyos

Tus hijos no van a modificar su comportamiento porque tú se los digas. Mucho menos porque los castigues, regañes o (¡por favor, jamás lo hagas!) maltrates. Su buena o mala conducta, te guste o no, depende de tu propia actitud hacia ellos.

Los primeros meses de pandemia prometían un paraíso en tanto que la mayoría de los sectores laborales, reajustaron su espacio de trabajo a la “comodidad” de los hogares. Quizá tuviste que hacer cambios en tu casa, algunas compras de oficina para adaptarte a la nueva dinámica, pero no era nada desalentadora la idea de pasar un par de semanas sin tener que trasladarse hasta un edificio, por ejemplo.

Como ha venido pasando el tiempo, podemos darnos cuenta de que esta nueva realidad no es tan reversible y aunque podría ser una fortuna para algunos padres, para otros el tema de tener todas sus actividades diarias reunidas en el mismo lugar en donde crecen sus hijos, puede ser un tanto abrumador. Es cierto que este paraíso pronto se volvió una prueba de fuego para muchos matrimonios o núcleos familiares en general, y una prueba un tanto más difícil para los niños que han tenido que adaptarse a estos cambios sí o sí.

1. Primero, analízate tú

No nos sorprende entonces que los más pequeños estén experimentando nuevas frustraciones, y por lo tanto, cambios radicales en su conducta. Partiendo desde aquí, lo primero será reconocer cuáles son las cosas que ahora te conflictuan en el día a día; podría tratarse de que no tienes un espacio aislado de los niños en donde puedas concentrarte para trabajar, que los berrinches han aumentado, que las tareas de casa también se han multiplicado o que ves bajo de ánimo a alguno de tus hijos.

2. Luego, comunícate bien

Pues bueno, reparemos sobre esto porque hay que iniciar reconociendo cómo nos sentimos en esta cotidianidad y como segundo paso, poder comunicarle a tu niña o niño qué te gustaría cambiar para entonces formular la estrategia.

Brandie Rosen, maestra en educación especial, escribe en su texto Simple Steps to Changing Unwanted Behavior que es muy importante que seas lo más específica o específico posible al hablar de cuáles son las conductas de tus hijos que te molestan. Puedes compartirles cómo te sientes también (sin llevarlo a un lado negativo ni echarles la culpa) porque lo que estamos buscando con esto es que los niños nos escuchen y entiendan claramente cuál es el problema que estamos buscando tratar. Los dos pasos anteriores son vitales para generar una consciencia de cambio con tus chiquitos, pero lo más vital y el paso que a menudo nunca es propuesto en la dinámica familiar, es salir con alternativas.

3. Propongan ideas juntos

El punto número tres para ayudarle a tus hijos a cambiar una conducta es proponerles ideas sobre qué nos gustaría que hicieran en vez de esa otra conducta. Si el problema es que no te ponen atención cuando les hablas, por ejemplo, lo mejor será que les expliques por pasos qué deben hacer para poderte escuchar plenamente. Con esto quiero decir que tú serás quien tiene que nombrar las cosas que ellos deben de poner en pausa para no distraerse en el momento en el que hay que escuchar (aunque parezca obvio). Muchas veces creemos que ellos saben a la perfección cómo deberían de comportarse pero no siempre es así; pongamos atención en cómo verbalizamos las cosas y asumamos que no está de más dar una instrucción demasiado clara y con ejemplos que ellos poco a poco puedan incorporar.

4. Ten paciencia. Mucha paciencia

Paso cuatro: ahora se trata de practicar. No esperemos que la nueva conducta se lleve a cabo de inmediato. Como en toda tarea, la curva de aprendizaje puede tomar tiempo, por lo que habrá que concentrarnos más en los pasos anteriores que en ver resultados inmediatos. Al cabo de estos cambios de hábitos nuestros, que en realidad se trata de hacernos conscientes de cómo abordamos las conductas de nuestros hijos, lo siguiente será más disfrutable.

5. Refuerza el cambio positivo celebrando

El último paso recomendable es reforzar el momento en el que ellos incorporen la nueva conducta. Aquí puedes ponerte creativo y hablarles de lo bien que lo han hecho, hasta darles algo simbólico a cambio como ver una película que a tu pequeño le guste o hacerle su comida favorita. El estímulo funcionará si te aseguras de que es algo particular y afín a tu pequeño , mientras lo importante será esclarecer que el motivo de este es reconocer su esfuerzo por dejar la antigua conducta. Recorre una conducta a la vez para que ambos, tanto tú como tu chiquito, afiancen bien los nuevos hábitos.

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