No es lo mismo enseñar intensivamente un idioma que dar al estudiante la vivencia diaria de una cultura distinta y distante a la de su contexto inmediato. ¿Qué ventajas tiene uno y otro formato?
Cuando estamos en la búsqueda de una escuela para nuestros hijos, las descripciones que encontramos en los folletos o que nos dan sobre los modelos de estudio, suelen ser superprometedoras al mencionar que parten de un método de trabajo bilingüe o bicultural. Pero ¿cuáles son las diferencias entre ambas? En un primer momento, ambos modelos educativos parten de la idea de ampliar el contexto de sus estudiantes. ¿A qué se refieren?
La RAE tiene una descripción muy general de la palabra contexto: “Entorno físico o de situación, político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el que se considera un hecho”. Educar no es pues solamente impartir conocimientos; el contexto en donde ocurre la enseñanza incide directamente en el entendimiento y las experiencias.
Las instituciones educativas deben tener claridad en el contexto en el que participan sus estudiantes, de modo que éste sirva para ampliar su aprendizaje y no lo limitarlo. Por eso la importancia de observar bien las diferencias en las propuestas educativas.
Educación bilingüe
Definimos la educación bilingüe con las palabras de Andrew Cohen, profesor emérito de lingüística de la Universidad de Minnesota: “El uso de dos o más lenguas como medio de instrucción en una parte del currículum escolar”. México, al ser un país rico en cultura, grupos identitarios y lenguas, vive el fenómeno del bilingüismo desde antes de la colonia, sin embargo los idiomas más populares que ofrece la educación bilingüe mexicana son aquellos pertenecientes al extranjero.
Algunos padres tienen el deseo de que sus hijos incorporen a su conocimiento idiomas que son ajenos a su medio social para dotarlos de mayores oportunidades en un mundo globalizado. Sin duda, aprender un idioma perteneciente a países primermundistas tiene implicaciones muy útiles, como recursos para viajar, recursos para comprender, desarrollarse profesionalmente y recursos para sobresalir.
Según el Instituto Mexicano de la Competitividad, apenas el 5% de nuestra población cuenta con esta posibilidad. Ese es uno de los contrastes más grandes entre la educación gratuita y privada en nuestro país. Mientras en la educación gratuita de México es circunstancial que se incluya como materia un segundo idioma en la boleta escolar, las escuelas privadas promueven su dominio destinando más áreas de la agenda escolar para su ejercicio.
Partiendo de que son las escuelas privadas de nuestro país las que brindan una educación bilingüe, los métodos de estudio que ofrecen para el aprendizaje de una segunda lengua se diversifican. Las iniciativas privadas encuentran la base de sus contenidos usualmente en currículums extranjeros.
Un sistema efectivamente bilingüe es todo aquel que imparte la mitad o un poco más de la mitad de las materias regulares en el segundo idioma. Este tipo de educación tiene que motivar a que sus estudiantes se desarrollen lingüísticamente en diversas áreas de su lengua madre, pero también de su segundo idioma. Por ejemplo, una Escuela bilingüe de idioma inglés, suele certificarse a través de grandes instituciones extranjeras como Cambridge, por lo que brindará a su alumnado cerca del 70% de las materias en dicho idioma. Esto con la finalidad de que se desarrolle su vocabulario, pensamiento y oralidad, a partir del contenido de materias certificadas por instituciones como la SEP. Es decir, contenido relativo a la cultura mexicana con apenas unos tintes de un segundo contexto como puede ser el anglosajón. Observamos en el texto Educación Intercultural Bilingüe: Educación y Diversidad algunos beneficios educacionales del bilingüismo:
- Aumenta la competencia lingüística, así como otorga ventajas de control cognitivo en tareas no lingüísticas.
- Los niños bilingües utilizan más áreas cerebrales.
- Permite desarrollar mayor capacidad para el almacenamiento, uso y transformación de la información de manera más creativa.
- Mejor capacidad lectora.
- Incide favorablemente en su conformación identitaria así como en sus relaciones sociales.
- Potencia su éxito profesional por las oportunidades que suma el manejo de otro idioma.
Como María Jiménez y Alejandra Castro subrayan en su investigación La identificación cultural de los docentes de la Licenciatura en Lenguas Modernas, un individuo que se desarrolla entre dos idiomas tiene un comportamiento lingüístico único. Lo más sustancial de vivir un método educativo que incluya otra lengua en su programa, es la expansión cognitiva que ello genera: “El bilingüismo tiene una influencia en la perspectiva que los individuos (que hacen uso de más de una lengua) tienen del mundo. En otras palabras, los conceptos de identidad y bilingüismo están estrechamente relacionados el uno con el otro, especialmente al ser vistos desde una perspectiva sociológica”.
Se usa el término bilingüismo aditivo cuando el aprendizaje de otro idioma es parcial y se va sumando al desarrollo de habilidades comunicativas de la lengua madre del infante. Como explican las autoras antes citadas, “el término «bilingüismo aditivo» se refiere a la forma de bilingüismo que resulta cuando los estudiantes añaden una segunda lengua a su bagaje intelectual al tiempo que siguen desarrollándose conceptual y académicamente en su primera lengua.
Educación bicultural
A pesar de que no hay una noción única de lo que significa la educación bicultural, en palabras de María Jiménez y Alejandra Castro, este método educativo “refleja no sólo teorías diferentes sino también contextos históricos”. También hace énfasis en “las contradicciones fundamentales entre culturas en las sociedades, así como a las identidades plurales que se van constituyendo progresivamente en la actual etapa de desarrollo de los países”.
Es decir, en la educación bicultural existe una clara intención por que el estudiante incorpore lo más naturalmente posible el bagaje cultural del idioma que está aprendiendo. El objetivo es darle aún más herramientas para comprender y desarrollar tanto el propio contexto como aquel que no le es tan cercano, pero desde donde también puede encontrar identificación.
Después de repasar este último rasgo que difiere de la educación bilingüe, podemos agregar dos beneficios que se suman a la lista de los que consideramos acerca del otro método educativo y que resultan las conclusiones más notorias de nuestro recorrido. Los que participan de una educación bicultural además de bilingüe, tienen el beneficio de (a) participar en dos contextos sociales diferentes, así como de (b) romper los paradigmas o roces entre esas culturas o más.
Sin dejar de observar las ventajas que ofrece una educación bilingüe, lo que tendríamos que preguntarnos ahora es qué tanto puede incidir el infante en el contexto de este segundo idioma, para hablar de las características de lo bicultural. La cultura puede escaparse un poco del aprendizaje de la lengua, es decir, que el ejercicio de un nuevo idioma no es inherente al hecho de que se comprendan e integren las diferencias entre dos contextos.
Una educación bicultural busca que el aprendizaje de un segundo idioma para el niño, se de tan naturalmente como el de su lengua madre y para esto, tanto el ambiente escolar como la tira de materias tienen que corresponder a los aspectos propios de esa segunda lengua.
Dicen que no hay conocimiento sin contexto y es así como queremos concluir, con la intención de resaltar la importancia de que un método educativo contribuya a la comprensión adecuada de las diferencias entre dos contextos mientras los celebra y los incorpora a través del lenguaje para su desarrollo no sólo académico, sino social.
Para leer más:
Irineo Rojas Hernández, La educación bilingüe en México, Revista Electrónica Sinéctica, núm. 10, enero-junio, 1997, pp. 1-6 Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente Jalisco, México
Javier García Castaño, Rafael A. Pulido Moyano y Ángel Montes del Castillo ,La educación multicultural y el concepto de cultura