9 señales que indican que tu hijo tal vez tenga TDAH

Hemos escuchado hablar del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad porque es el trastorno de neurodesarrollo más presente en la población, pero este trastorno permanece siendo uno de los más difíciles de diagnosticar; algo parece extraño aquí, ¿no?

Por Tania Langarica

La popularización del TDAH en el contexto escolar es ahora un arma de doble filo: por un lado ha promovido la atención y tratamiento temprano para los niños que lo padecen y por otro, varios diagnósticos errados al inscribir a la generalidad de los niños como pacientes de sus síntomas. Esto, debido a que durante el desarrollo de los menores, muchos de los rasgos de esta enfermedad pueden ser comunes a su crecimiento y adaptación, a un ambiente controlado como el de las escuelas o contextos familiares, pero también debido a la falta de información y campañas de salud para atender este déficit.  

Sabemos que el TDAH es un trastorno con fuerte asociación genética  —aunque siga en debate clínico su origen exacto o etiología—, es decir, que los factores socioambientales o los problemas en la crianza, pueden repercutir en un niño con este trastorno, pero no pueden fundarlo. Sus manifestaciones, sin embargo, se observan en primer lugar, a partir del comportamiento de los niños o jóvenes.

Vamos a repasar las expresiones más puntuales de los síntomas del TDAH, no sin antes recalcar que el examen clínico de un especialista es absolutamente necesario y que este examen consiste, a su vez, en ¡varios exámenes!, así como en la observación continua del niño en diferentes ambientes.  La Dra. Eliana Rodillo en su artículo Trastorno por déficit de atención e hiperactividad en adolescentes apunta la importancia de que el diagnóstico siga esta dirección, pues “Los síntomas cardinales del TDAH no siempre se observan durante la evaluación clínica, ya que las manifestaciones varían según el contexto, siendo mínimos en un contexto de recompensa por comportamiento adecuado”. 

Si sospechas que tu hijo tiene este déficit, lo primero será dividir los síntomas en dos criterios que cita el texto de nuestra especialista: La inatención y la hiperactividad/impulsividad. Si llegas a palomear al menos seis de los nueve puntos que mencionaremos a continuación, puedes pasar a un examen clínico completo para constatar el diagnóstico. Palomea sólo si estos síntomas han ocurrido durante un tiempo importante, (más de seis meses), si tienen una cualidad que podrías describir como “extrema” y si han causado repercusiones negativas en el desempeño académico y social de tu hija o hijo:

 INATENCIÓN

  1. No atiende detalles. Se equivoca en cosas sencillas.
  2. No mantiene atención ni en juegos ni en tareas.
  3. Parece que no escucha cuando le hablan.
  4. No sigue instrucciones. No termina los trabajos.
  5. Se le dificulta organizar sus tareas y actividades.
  6. Evita actividades que requieren de mucha atención.
  7. Pierde constantemente sus cosas.
  8. Se distrae con facilidad con estímulos externos.
  9. Olvida las cosas o los pendientes.

HIPERACTIVIDAD / IMPULSIVIDAD

  1. Se mueve constantemente en su asiento
  2. Se levanta constantemente 
  3. Puede salir corriendo aun en una situación en la que no es apropiado (o está inquieto al grado de que parece que quiere salir corriendo)
  4. Se le dificulta jugar tranquilamente
  5. Siempre está en movimiento
  6. Habla muchísimo
  7. Contesta antes de que el otro termine de hablar
  8. Le cuesta esperar su turno
  9. Interrumpe seguido a los otros

Dos últimas cosas que no hay que olvidar: la mayoría de los estudios que consultamos, hacen énfasis en que puedas descartar la relación de estos comportamientos con conductas desafiantes o problemas de autoridad.  Los rasgos anteriores, son síntomas para el diagnóstico sólo si el niño o el adolescente no tiene plena intención de llevarlos a cabo. Además, el TDAH no disminuye conforme el niño crece si no hay un tratamiento multimodal adecuado a sus necesidades, por lo que si ves mejoras conforme tu hijo ha ido pasando sus cumpleaños, tienes un motivo menos para creer que se trata de este trastorno. 

Si quieres saber más, también puede interesarte nuestro texto Cómo apoyar a mi hijo con TDAH en su desarrollo educativo.


Para completar tu lectura:

Lino Palacios–Cruz et al, Conocimientos, creencias y actitudes en padres mexicanos acerca del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), Salud Ment, vol.34, n.2 , 2011.

Young S. et al, TDAH: Hacer visible lo invisible,  European Brain Council (EBC), 2013.

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