¿Cómo elegir terapeuta psicológico para tu hijo?

Un terapeuta infantil encauza a los niños a comprender sus emociones y a transmitirlas de manera apropiada y saludable.

“Ni te preocupes, ni te despreocupes, ocúpate”, es el mantra perfecto para ir en búsqueda de la mejor opción terapéutica para tu niña o niño. Esta no es una tarea que se resuelva de la noche a la mañana. Si ya existe la duda acerca de si necesitan o no la ayuda de un especialista, lo mejor será comenzar la búsqueda e ir actualizando la decisión junto con tu hijo, en el proceso. Como recordatorio: la búsqueda de terapeuta psicológico apunta directamente al bienestar del niño, así que de menos, será emocionante. 

Si bien los niños pueden ir a terapia como un regalo de escucha, exploración y  autoconocimiento, el primer acercamiento suele ser provocado porque los padres identifican problemas sociales, dificultades de aprendizaje o conflictos familiares. Aquí es importante abreviar que aunque el terapeuta infantil va a propiciar el abordaje de problemas particulares, su labor tiene más que ver con que los niños comprendan las emociones por las que transitan. Es decir, un terapeuta infantil puede ayudar al desarrollo de los niños aún más de lo que prevemos; como escribe Kelly Miller en su artículo Therapy for Kids and Choosing the Right Child Therapist (Terapia para niños y cómo elegir al terapeuta infantil correcto) “Un terapeuta infantil está especialmente capacitado para manejar los cambios emocionales y las dificultades que pueden surgir a través de las etapas de desarrollo.

Los terapeutas infantiles están capacitados para enseñar a los niños a comprender sus emociones y a transmitirlas de manera apropiada y saludable. A través de la enseñanza y la escucha activa, los consejeros ayudan a los niños a superar los obstáculos en la salud mental.

No tengas miedo de la prueba y error

Tendemos a guardar cierto misticismo sobre las terapias psicológicas, respetando y confiando en la formación del terapeuta, pero como esta búsqueda se trata de ensayo y error, podremos llegar a la meta siendo lo más directos posibles. Esto último involucra también lo que podamos compartir del niño y su contexto, al ser los padres los que mejor le conocen. Ahora bien, a partir del análisis de Mary Cruz Martínez Morales, psicóloga educativa, en su texto ¿Cómo saber si el proceso terapeútico de tu hijo es adecuado?  y de otros artículos afines, recopilamos aquí algunos de los puntos claves que puedes tener a la mano cuando empieces tu recorrido ante las diversas terapias y terapeutas especializados en desarrollo infantil:

  1. La institución cuenta con un enfoque metodológico específico

Y no tiene problema con compartirlo con los padres, pues esto habla de su profesionalismo, transparencia y compromiso con la calidad de sus servicios. 

  1. El terapeuta promueve principios éticos con la familia

Reconoce que el servicio que ofrece responde a ciertas necesidades y favorece procesos de desarrollo, mientras no dice que es la cura ni la salvación para ningún diagnóstico.

  1. Reconocen que hay tratamientos específicos para situaciones específicas

Ponen sobre la mesa que la condición de vida determinada de cada niño requiere de un tratamiento diseñado para el abordaje del tipo de neurodiversidad y se adecuan a tu hijo o en todo caso, te recomiendan otros especialistas.

  1. Elaboran una evaluación diagnóstica

El especialista plantea estrategias basadas en un diagnóstico que respeta evaluaciones previas así como la información recabada por los padres.

  1. Consideran que los tratamientos de terapias alternativas como terapia asistida por animales, arte terapia y música, entre otras, son efectivas siempre que se conozca ampliamente al paciente

Lo más importante a la hora de implementar la diversidad de tratamientos es apuntar que requieren del acompañamiento de otras terapias dirigidas específicamente a las necesidades primarias de las personas con neurodiversidad. 

  1. Proponen programas de intervención y describen objetivos claros que involucran a la familia

La intervención terapéutica incluye a la familia en todo momento, desde la primera entrevista en donde se explica el modelo de trabajo hasta la evaluación y la actuación dentro de la terapia si así se requiere.

  1. Dan un seguimiento que permite evidenciar los progresos, dificultades y la pertinencia de la terapia

Nada se queda nublado, los especialistas llevan un registro puntual de lo que ocurre en el contexto de terapia y fuera de ella. Se mantiene en comunicación constante y lleva bitácoras para cada caso.

  1. Favorecen un clima de respeto, confianza y comprensión

Tanto el paciente como la familia deben sentirse seguros al momento de comentar sus puntos de vista en el ambiente en el que se desarrolla la terapia. La confianza entre terapeuta y paciente es el punto clave para que se desarrolle la terapia, así como la buena relación con los padres, lo que mantendrá la comunicación.

No hay terapia mágica

Puedes desconfiar de cualquier terapia que te asegura resultados inmediatos, progresivos y casi mágicos. La terapia va al ritmo del paciente, por lo que querrás encontrar un terapeuta que conteste bien todas tus preguntas. Sean Grover apunta algunos cuestionamientos básicos que puedes formularle al próximo terapeuta, en su texto How to chose the right therapist to your child (Cómo elegir el terapeuta indicado para tu hijo):

  1. ¿Cuál es su experiencia y entrenamiento trabajando con niños?

Un buen escenario es alguien que al menos ha trabajado un par de años constantes con los mismos niños-pacientes y que por supuesto, tiene certificaciones que avalan esta especialidad.

  1. ¿Con qué frecuencia se reúne con nosotros (como padres)?

Es muy afortunado si te puede detallar un poco su forma de trabajar y esto incluye las interacciones con los padres.

  1. ¿Estará en contacto con el maestro o consejero de mi hijo?

No es tan común que este vínculo se de por iniciativa del psicólogo, pero aquí lo recomendamos o sugerimos que al menos se busque esa disposición de parte del terapeuta porque facilita el trabajo tanto académico como psicológico.

  1. ¿Cuánto tiempo permanecen los niños en terapia?

Si alguien te contesta esto con certeza, desconfía. No hay un aproximado en tiempo que se pueda compartir, pero sirve bien que se comenten un par de ejemplos, más cuando los problemas a tratar son más tipificados.

  1. ¿Cuál es su opinión sobre los medicamentos en relación a la terapia?

Aquí se requiere la explicación más amplia, no importa que pidas peras y manzanas. Si tu hijo requerirá un fármaco, será mejor que estés completamente informado de las implicaciones y las dosis, así como los cambios en el trabajo terapeútico.

  1. ¿Puedo hablar con un padre cuyo hijo ha trabajado contigo como terapeuta?

Esto es un plus, que pongan esto sobre la mesa habla muy bien del especialista.

¡No desistas!

Es un hecho que la búsqueda del terapeuta psicológico para tu hija o hijo no podrá relucir antes de al menos tres intentos en donde tu conocimiento de las opciones te ayude a escoger mejor. Lo más resaltable es que ya estás dentro, formando parte del proceso de bienestar para tu niño y eso es lo principal que se requiere para conseguirlo. Como subraya el psicoterapeuta Sean Grover: recibir ayuda de un especialista podrá ayudarte a regresar a lo que verdaderamente importa: disfrutar el tiempo mientras crecen.

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